EL HOSPICIO O CINEMATOGRÁFICO DE DON BENITO: UNA TROPELÍA OLVIDADA EN EL TIEMPO.

 SEGUNDA PARTE 

 

 

 

 

  Mitin de Sánchez Guerra, del Partido Conservador (foto M.ª Gómez).

Banquete de boda en el Hospicio, años veinte del siglo XX (foto Manuel Alonso).

El Cinematográfico fue el espacio donde se pudieron ver las primaras películas de cine mudo dejando en un segundo plano las representaciones teatrales. Sin embargo, como cine las compaginó con otras tareas de diversa índole, como salón de bailes y celebraciones, festivales benéficos, conciertos, actuaciones líricas y de comparsas en Carnaval o mítines políticos.  Incluso tuvo en paralelo dos cometidos: por la mañana como ferretería y materiales de construcción, y por la noche como cine, cerrando para ello parte comercial con tableros para diferenciarlo de la sala de proyección. Ello fue la consecuencia de la creación de una sociedad que Félix González hizo con su cuñado Manuel Gómez Nieto, Gómez y González, S.A., hacia 1900. El teatro continuó como tal hasta que Félix González se fusionó con otro gran empresario, Luis Cidoncha Galván, quien, al abrir el Salón Moderno inscrito dentro del estilo historicista (El Imperial) en 1914, llegó a un acuerdo con su socio para compaginar las funciones y no perjudicar el negocio compartido. Poco a poco el Cinematográfico (o Salón Antiguo) quedó reservado para proyectar sólo las películas y el Imperial para las grandes representaciones teatrales. Con la inauguración del Cine Rialto, mafnífico ejemplar de la arquitectura racionalista, en 1945 el Hospicio se convirtió definitivamente en un bazar, adaptándose a las nuevas demandas sociales y adoptando usos para los que o fueron concebidos, como el de almacén.

  

 

 

 Dependientas del Bazar el Hospicio (Pepa del Forcallo Gómez-Coronado).

 

 

 

  El Hospicio como bazar.

 

Se trata de un inmueble singular, un ejemplar de la arquitectura del hierro aplicado a las construcciones escénica en España, un arquitectura de la que existen no muchos edificios fechados en este momento. El hierro se usó en una época concreta (el hormigón tomaría su relevo) y se aplicó en las obras de ingeniería (puentes y viaductos, por ejemplo), en el mobiliario urbano (farolas o quioscos), siendo su aplicación arquitectónica en tipologías concretas, como las estaciones de trenes, circos, mercados y unos pocos teatros. El fin perseguido no fue otro que racionalizar el espacio. Y el Hospicio fue un claro modelo de ello.

 

 

 Plano de situación del Cinematográfico con el área de ocupación.

 

1.                                                                                                Alzado del Cinematográfico.

 

 

      Estructura metálica del edificio.

 
Su planta es rectangular de 30x22 metros. Es un paralelepípedo muy sencillo, con proporciones arquitectónicas rectangulares en todas sus secciones y, desde el punto de vista compositivo perfectas, consiguiendo con ello unas dimensiones escénicas acogedoras. Un edificio imbricado entre los grandes muros del antiguo hospital, en un solar tortuoso, donde solamente podía ser obra de alguien con un probado conocimiento constructivos muy contemporáneos e innovadores en esos momentos, como lo fue Félix González Caballero. Así, la construcción utilizó, de forma vanguardista para su época, materiales tradicionales y sencillos, como la piedra, ladrillos, tapial y madera entreverados en el carácter modernista del acero en una superficie no excesivamente grande. La utilización del acero laminado en los perfiles que conformaban la estructura de los palcos, con unas dimensiones muy certeras, y con curvaturas en esquinas y rincones, fue realmente magistral.

 

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