OBRA ABIERTA U OBRA CERRADA
(historia de un despropósito)
(VII)
En el año 2011 Víctor Bravo Cañada, Presidente de Caja Extremadura desde septiembre de 2009, cambió el premio abriéndole a todos los campos visuales del arte. Varias disciplinas con sus tendencias correspondientes pasaron a formar parte de la colección. Así, El Salón de Otoño pasó a denominarse Obra Abierta. Premio Internacional de Artes Visuales, asesorado por Juan Manuel Bonet o Tomás Paredes, quienes deciden eliminar el premio de escultura Antonio Morón. Con ello, la Fundación no sólo daba cabida a la escultura o la fotografía, sino también abrí el horizonte al videoarte, a los performances y al arte digital, incorporándose de lleno a las nuevas tendencias.
Pero, en el camino se olvidó el acuerdo de Consejo de Administración al que se llegó en el año 2007; una determinación que implicaba la necesidad de exponer las obras en Plasencia. Y, veinticuatro años después, en 2021 la Fundación Caja Extremadura pone en venta el inmueble de las Carmelitas, transformado a medias y olvidado, con esa vaga y nada convincente idea de «despertar el interés de inversores que impulsen un proyecto interesante»[1]. Durante las obras de remodelación del convento carmelita, del que fui testigo[2], el propio Víctor Bravo estuvo implicado en el proyecto, sobre todo cuando Elia Blanco, alcaldesa de Plasencia fue la vicepresidenta segunda y María Esther Artacho, vinculada a Plasencia, se ponía al frente del grupo e entidades fundadoras.
Así el nuevo centro cultural se puso en marcha y el 30 de marzo de 2012 se tuvo una reunión con la promotora de la obra del convento, donde estuvieron el adjudicatario, la Directora General de Patrimonio Cultural con su jefe de servicio, el director del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. el arqueólogo del ARI de Plasencia y el alcalde de la localidad, al objeto es desbloquear todos los asuntos que podían ser susceptibles de paralizar o ralentizar esa obra, entre ellos el que afecta a los bienes muebles. El 18 de abril de ese mismo año la Obra Social de Caja Extremadura solicita a la Dirección General de Patrimonio Cultural relación de elementos muebles que deben protegerse y cuales no, en el mismo escrito se ofrece a la Junta de Extremadura los bienes muebles que pudieran ser de interés para su custodia. El 17 de septiembre se da cuenta definitivamente de cuáles son los bienes (muebles o de arquitectura decorativa) a reintegrar una vez concluya la obra, cuales podrían ser restaurados, aunque no se reintegren al edificio y cuales pueden desecharse. El 17 de julio el obispado contesta diciendo que tiene potestad sobre esos bienes, pero, al final, declina el ofrecimiento de recibirlos. Y a principios de noviembre de 2013, Caja Extremadura se desentiende de las piezas muebles, dejando a arbitrio de la empresa propietaria de los almacenes de Malpartida de Cáceres, donde se alojaron, para que haga lo que estime oportuno con ese material. En diciembre de ese año la obra se paralizó[3].
Pero pasados ocho años, tiempo más que suficiente, desde que la asociación cultural Trazos del Salón propusiera la creación de un centro de arte contemporáneo con los fondos del Salón de Otoño/Obra Abierta y aún hoy no hay respuesta. Aunque sí un mensaje claro: en 2024 Plasencia se quedó margen de la exposición inaugural del premio y todo se redujo a un acto ridículo con la presentación de las dos obras ganadoras en el Parador placentino.
António Gonçalves, Sin título, acrílico s/tela, 2004
Cabe reseñar algo que ha pasado desapercibido. En el año 2007, Jesús Medina Ocaña y el Consejo de Administración tomaron la decisión reunir los fondos del premio en el convento de las Carmelitas como garantía de una gestión directa de «la conservación, exhibición y un uso cultural acorde a la importancia de estos fondos artísticos»[4]. De hecho, el premio se afianza su andadura internacional iniciada en 1997 con la apertura a Portugal e Iberoamérica [5].
A la vez que se incentivaba el premio, se adoptó otra decisión: la negativa que tuvo el propio presidente al rechazar la pospuesta de la Consejería de Cultura. La idea de la Junta de Extremadura fue encargar un proyecto de remodelación del convento de Santo Domingo, cedido a la Administración regional por 99 años, al arquitecto Tiburcio Martín Solo de Zaldívar para acondicionar el espacio de la iglesia, como se refleja en los archivos de la Dirección General de Patrimonio Cultural. Tras varias reuniones en octubre, en noviembre y en diciembre, de las que fui testigo, el presidente de Caja Extremadura prefirió un edificio nuevo, reiterando que no era el lugar adecuado para los cuadros, dadas las condiciones que reunían el edificio y la falta de espacio para el depósito. Además, no veía compatible la presencia de la Cofradías y las obras en un mismo escenario puesto que se produciría cierta confusión.
Ricard Chiang ganador de de la XXVII edición del Salón de Otoño, 2005.
..
Pero, aún se ha ido más lejos en la celebración el X aniversario del nuevo certamen en 2024. Toda una declaración de intenciones que ha puesto de manifiesto ese afán capitalino de mostrar el premio en Madrid por aquello de su repercusión; una cuestión que no debe ser incompatible con mostrarla en Plasencia y contradice el espíritu que la propia Fundación defiende, el promocionar el arte como motores del desarrollo social y formativo, dejando de lado sus 45 años de existencia. Pero ¿de quién? Parece que aquello que Gonzalo Sánchez-Rodrigo en su columna Desde la Torre Lucía reivindicaba, como era la concienciación política y social de salida sin retorno del patrimonio, se ha difuminado en el tiempo. No hemos salido aún de la «orilla del progreso» como bien apuntaba en su artículo de abril de 1990[6].
La performance List of burned books in Germany in 1933, Miquel García Membrado, VIII edición de Obra Abierta.
Y esta situación me lleva a la idea de los simulacros, del artificio de Jean Baudrillard. Estamos ante «la confusión de lo real»[7], tal como plantea en Cultura y simulacro. Y es, precisamente, lo que ocurre: la voluntad de tener la colección en Plasencia no es realista, es una realidad simulada que se alarga en el tiempo para llegar a ningún lugar. O, todavía mejor, alude a esa mayoría silenciosa y al fin social que se le debería suponer. Esa realidad no es más que la escenificación de un mundo jerarquizado que decide cómo, cuándo y dónde. Tomás Paredes lo resume de esta manera: «Plasencia... no puede vivir sólo de su pasado. De su arquitectura y de su historia. Su viabilidad futura está determinada por un presente activo y sólido, dinámico y receptivo. Plasencia o es cultura viva o será cultura muerta. Ninguna ciudad con entidad, grande o pequeña, puede estar ajena hoy al dinamismo social que la cultura establece»[8].
[1] MATÍAS SÁNCHEZ-OCAÑA, J., «El Convento de las Carmelitas de Plasencia, a la venta por cuatro millones de euros», en https://www.canalextremadura.es/noticias/plasencia/el-convento-de-las-carmelitas-de-plasencia-a-la-venta-por-cuatro-millones-de-eurros, [consulta, 10 de agosto, 2025].
[2] ADGPC, Informes 2013,, Junta de Extremadura, Mérida [consulta, 10 de octubre de 2024].
[3] ADGPC, Proyectos 2007,, Junta de Extremadura, Mérida [consulta, 10 de octubre de 2024].
[4] «Las Carmelitas albergará la pinacoteca del Salón de Otoño», El Periódico de Extremadura, 23-VIII- 2010
[5] REAL, J. L., «Una trayectoria en alza», Diario Hoy, 14-VI-2008.
[6] SÁNCHEZ-RODRIGO, G., «Los Museos», Diario HOY, 29 -IV-1990.
[7] BAUDRILLARD, J., Cultura y simulacro, Editorial Kairós, Barcelona, 1978, pp. 37-47.
[8] PAREDES, T., Plasencia está de vuelta, Monográfico Salón de Otoño/Obra Abierta (1979/2024), Asociación Cultural Trazos de Salón, , Plasencia, 2025.
Comentarios
Publicar un comentario