CUANDO LA HISTORIA SE VA DESDIBUJANDO:  LA MALTRATADA PUERTA DE TALAVERA

(VI)

LA CORREDERA Y EL PASEO DEL CAÑO SOSO.

 

 

La Puerta de Talavera siguió siendo la atalaya de una ciudad que miró siempre al Valle del Jerte y de la Vera, sus comarcas naturales, a pesar de saber que la Puerta de Trujillo fue las importante de todo el recinto medieval. Pero la de Talavera nunca dejó de ser la puerta más transitada,  por la que todo ha transcurrido, por donde la vida placentina fluye día tras día. Y esta razón es la que ha determinado que en torno a ella se haya ido configurando Plasencia. Si importante es el convento franciscano, La Isla, La Cruz Dorada,el Hospital de la Merced o de las Llagas, Santa Catalina del Arenal,el barrio de Toledillo con la que fue su parroquia, San Juan, o la Domus de Don Fabián de Monroy  (Colegio del Río), no menos significativo fue y es el Paseo del Caño Soso y antigua Corredera, hoy Avenida del Valle y  Avenida Alfonso VIII respectivamente. 

 

En la misma plaza de la Cruz Dorada se situó el antiguo barrio de San Miguel, nada más salir por la puerta Talavera en dirección al Valle del Jerte. Y en torno al pequeño caserío se alzó la ermita de San Miguel de la Cruz Dorada, diferenciándola de la de San Miguel del Puente Trujillo, ubicada en el cerro donde hoy se asienta el nuevo barrio y derruida cuando se trazó la Nacional 630 que cruzaba Plasencia.

 

Esta red nacional, la 630, se articuló en el siglo XVIII sobre caminos ya existentes, principalmente, el de la Vía de Plata, en el tramo Sevilla-Plasencia mediante diferentes proyectos ingenieriles. De hecho, en los repertorios de caminos del cartógrafo Juan Villuga en 1546 y Alonso de Meneses en 1568, así como en la Descripción y cosmografía de España de Hernando Colón (hasta que una real cédula del emperador Carlos ordenó paralizar los trabajos en 1523), reflejan claramente este camino. El tramo placentino entraba por el Puente Trujillo y bordeaba el núcleo urbano paralelo a la muralla y salía por los Arcos de San Antón. A mitad del tramo, a la altura de la Puerta Talavera, se abrió un ramal hacia el Valle y la Vera, en el denominado Paseo o Camino del Caño Soso que se diferenciaba de la llamada Corredera que continuaba su recorrido hacia los Arcos de San Antón. Esta bifurcación ya aparece señalada en 1759 en Itinerario español o guía de caminos para ir desde Madrid a todas las ciudades y villas más importantes de España y para ir de unas ciudades a otras, y a algunas Cortes de Europa, obra de José Matías Escribano, al hablar del itinerario de Ávila a Plasencia o de Plasencia a Salamanca a través de los llamados Camino de Ruedas [1], expresión esta que nada tenía que ver con la realidad.  

 

 

En 1812 Santiago López publica la Nueva Guía de Caminos (Caminos de rueda), en la que sigue apareciendo el itinerario de Sevilla hacia Cáceres y Plasencia, y aunque el trazado sigue el antiguo camino de la Plata por Galisteo, sí aparece la carretera que parte hacia Ávila con el consiguiente tramo del Caño Soso como salida hacia el Puente Nuevo. Eso sí, olvidándose en el mapa del Camino Real (el Camino Viejo del Puerto).  En 1854 Francisco de Paula Mellado hablaba ya de sus paseos en Recuerdos de un viaje por España [2],entre ellos el de la Isla y el de la Muralla, el que recorría paralelo al río Jerte. 

 

Santiago López, Nueva Guía de Caminos (Caminos de rueda).

 

 

 

 



Una transformación que se inició en 1841 junto al paseo de la Isla y continuó con la paulatina desaparición de la muralla debido a las medidas higienistas de la época, lo que supuso la apertura de nuevas puertas y el germen de los primeros «ensanches». Siguió el curso marcado por el obispo placentino José González Laso, quien en 1786 ordenó el arreglo de diversos caminos, entre ellos el denominado de La Trucha que prolongaba el del Caño Soso.  De este modo, familias adineradas adquirieron numerosas fincas urbanas y ampliaron lo límites de la ciudad en dirección a la Vera al ser promotores de las nuevas construcciones. Se trataba de una clase social con una ideología liberal enfrentada a la aristocracia y al clero por ser los beneficiarios de las desamortizaciones. Ellos fueron los artífices de la creación de la hoy Avenida del Valle y del reparto que se hizo, como consta en el Reglamento del Gremio de Hortelanos de Plasencia de 1923.

   

 

 

 La Corredera

Sin embargo, hubo que esperar al 18 de diciembre de 1950 cuando se aprobó por ley el Plan de Modernización de carreteras, en la que se repararon los pavimentos y los ensanches. En abril de 1952 dieron comienzos las primeras obras del plan que afectaron a las ermitas de San Miguel. La del cerro terminó por desparecer con el trazado de la Nacional 630 y la de la Cruz Dorada estaba ya casi desaparecida desde 1810.

 

 

  El Caño Soso

 


 


 [1]    MATÍAS ESCRIBANO, J,  Para ir desde Madrid a todas las ciudades y villas más principales de España y para ir de unas ciudades a otras y a algunas Cortes de EuropaImprenta de Miguel Escrivano,  Madrid, 1759, pp. 44 y 112.

[2]     PAULA MELLADO, F. de, Recuerdos de un viaje por España, Establecimiento Tipográfico de Mellado, Quinta y Sexta parte, capítulo 3º, Madrid, 1854, p. 33.

 

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