LA PAZ  COMO OBRA DE ARTE

(carta a Wolf Vostell)

 

 

Allá donde estés, 

en los cielos madrileños de Diego Velázquez  que tanto te gustan, 

en el espíritu goyesco que tanto te inspira

 o en la calma monacal que buscas sin cesar de Francisco de Zurbarán.

 

Querido amigo Wolf: 

Como pintor de temas bélicos, Vietnam, Corea, Los Balcanes y la propia II gran guerra, tu idea del humanismo ha caído en desuso. Esta sociedad desenfrenada, tecnológica y consumista, en toda la amplitud del término, va poco a poco borrando ese rastro que nos dejó la Ilustración y amenaza con su desaparición total. Hoy, en esta era posposmoderna, hay 56 guerras abiertas en el planeta con casi un centenar de países afectados y con el catorce por ciento de los habitantes que las sufren. A lo que hay que sumar a todos los autócratas y supremacistas que impone su criterio de manera arbitraria y al margen de cualquier ley. Pero se nos han olvidado sus nombres y nadie se manifiesta contra esta irracionalidad; nadie reclama su paz; nadie envía recursos a la población; nadie señala a sus regímenes; y algunos apoyan a los dictadores y aplauden a los que se creen superiores. Por eso, tú mejor que nadie podrás entender el conflicto palestino, tú que naciste en aquella Alemania un 14 de octubre de 1932

 
Treblinka, 1967

 

 Familie, 1953

 

  Miss America, 1968

 

In Berlin, 1961. 

 

  Herz aus Stein, 1990 (Corazón de piedra)

 

 Sara-Jevo. 3 Fluxus-Pianos,1994.

 


En todas tus obras pusiste al hombre como testimonio de vida creyendo en un renacer de una sociedad que se sobrepusiera a este tiempo dominado -y casi vencido- por el tiempo. Hace unos días, una gran mujer, Efi Cubero, hablaba de los «tiempos habitables», esos mismos que plasmas en tus cuadros al denunciar ese afán destructor que guarda de nuestra condición existencial. Y ahora más que nunca se debe reivindicar la «vida encontrada» a la que diste prioridad por encima de los «objetos encontrados». Hoy que el décollage humano se abre por los cuatros costados, hoy que el sinsentido, la mentira y el engaño están bien instalados entre nosotros. Tú crees que todas estas heridas pueden sanarse. Tú, desde la mirada convulsa con la que sueles analizar los conflictos, desde el desasosiego te resistes al olvido, como si fuese un poema de Rainer Maria Rilke, te enfrentas al peligro al que nos exponen los mandatarios por una supuesta salvación, como Friedrich Hölderlin, y socavas hasta el final todas nuestras seguridades que damos por supuestas, como Paul Celan. 

 

  Ihr Kandidat, 1961 (Su candidato)

 

 Deutschke, 1967 (Alemán)

 

Mi estimado amigo Wolf, tú buscas -junto a tus musas- espacios abiertos sin muros ni fronteras. Y, tú Fuster, con el tiempo convertido en Vostell, como sefardita proveniente de aquellas juderías de la Corona de Aragón que fueron expulsados al este y al centro de Europa por no renunciar a sus creencias, entiendes muy bien eso de levantar muros, como el tuyo de Berlín, que no hacen más que recortar horizontes. Y sabes que con el holocausto se puso fin a la modernidad, se quebró la fe en la grandeza de los seres humanos. Pero, eres muy consciente de que las emociones, la comprensión y el compromiso están por encima de todo ello. Palestina hubiese sido otro ciclo tuyo en el que, como notario de la Historia, narrarías la barbarie, llámese masacre o genocidio, porque poco importa el calificativo manoseado interesadamente. Y lo harías como lo has hecho con otros conflictos. 

 

 Mauer aus Löffel, 1993 (Muro de cucharas)

Te doy las gracias, desde la amistad que nos une desde hace años, por crear tantos  espacios aptos para que el sentimiento y la razón (o la vida y la muerte) convivan, por establecer pautas que provocan en nosotros, espectadores del mundo, una reflexión sobre cómo  la condición humana y la angustia acaban con todo; terminan en una masa humana que choca contra la arbitrariedad y los muro impuestos, convirtiéndose en un gesto agresivo y desproporcionado que imposibilita ese deseo de convertir lo finito en infinito. Todo ello nos invita a pensar en  cualquier futuro mejor, en ese tiempo habitable de Efi Cubero, para un pueblo sin nación, Palestina. Hoy, más que nunca, la paz debe ser la mayor obra de arte para poder convivir como pones de manifiesto en ese templo de las religiones que has levantado en tu casa de Malpartida. ¡Feliz cumpleaños, Wolf!

 

 

 

 

Templo de las religiones, Malparatida de Cáceres 

A...Z , 1995
 Aug um Auge, 1991 (Ojo por ojo)
 

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