Patrimonios olvidados 
El convento de Alarza 
 (I)
 
Los patrimonios olvidados forman parte d nuestra memoria. De ahí, que debamos rescatarlos. 
 



L     Los monjes Bernardos, procedentes del Monasterio de Ntra. de Valdeiglesias (Madrid), fundaron una Granja, llamada de Santa Cruz. Tuvo este convento una de las ermitas-oratorio más antiguas del Arañuelo, pero tras la desamortización en el siglo XIX y su posterior venta a particulares de Peraleda de la Mata quedó bastante arruinada, conociéndose muy poco de ella cuando en la década de los sesenta fue cubierta por las aguas de Valdecañas.

 



 

           Estuvo en funcionamiento hasta la inundación de los años 60 del pasado siglo XX. El edificio se mantiene en pie a duras penas, siendo notorio el avance de la ruina desde la sequía del año 2019. 

 


 

         El espacio más interesante (y quizás más antiguo) es el edificio situado en el costado sur, que mantiene las bóvedas de planta baja, y una almazara en el costado oriental. El ala norte, por el contrario, se conserva peor, aunque contó con dos plantas y en ella se situaba la torre campanario, en la esquina nordeste. Entre ambos espacios existía un amplio corral, en parte porticado, que albergaba un pozo y una noria. A modo de atrio, una tapia semicircular, jalonada con pináculos, daba la bienvenida al conjunto desde el norte. 

 


         El vado de Alarza ha conocido ocupaciones humanas desde la prehistoria y ya debía existir alguna construcción previa a la fundación del convento. El 25 de agosto de 1234 los monjes bernardos del monasterio de Santa María de Valdeiglesias  solicitaron al rey Fernando III que les cediese la villa y granja de Alarza como tierras de pan. La donación fue confirmada por Sancho IV en 1287.

 


         Llegó a constituir un núcleo de población estable con su propio rollo. Los monjes explotaban además varios batanes y molinos en el río Tajo. En el año 1348 la peste terminó con toda la comunidad,  veinticuatro personas (ocho de ellas, frailes) en ese momento. Poco después el monasterio dejó de gestionar directamente la granja y comenzó a arrendarla. Durante la Edad Moderna, la comunidad sostuvo numerosos pleitos contra Peraleda de la Mata, el obispado de Plasencia o incluso contra el señor de Belvís. En 1820 la finca estaba despoblada y sólo vivía en ella el administrador. Poco después Alarza pasó a depender de Peraleda de la Mata y tras la desamortización de Mendizábal fue adquirida por José Safont Casarromán (la propiedad contaba entonces con tres casas: la llamada Casa Grande, o antiguo convento, el Criadero y la Boyería). 

 


      Tras pasar por varios propietarios, la Casa Grande conoció un nuevo impulso a principios del siglo XX, cuando contaba con bodega para uva, prensa y molino de aceite, panera y una barca para cruzar el río, hasta que se construyó un puente en el año 1929. 

 



      Antes de la inundación, se conservaba la capilla, con su torre, el rollo y los jardines. La familia Higuero trasladó el rollo y un escudo a la finca Jarilla, cerca de Arroyomolinos de Montánchez. El retablo de la capilla pasó a Valdehúncar.


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