LAS SIRENAS DEL GUADIANA
(II)
Los cambios a la hora de percibir la figura de la sirena que han venido avalados por la literatura y el arte explicando, de alguna manera, las metáforas que se han tejido sobre la mujer a través del tiempo. Dese La Odisea de Homero, donde aparecen descritas por primera vez como seres marinos, se ha ido alimentado su visión con las fantasías de muchos autores a la hora de describir la naturaleza de estos seres. A través de las ilustraciones en pinturas, las esculturas, performances, instalaciones, vídeos… nos han ido dando las pautas de sus cambios y de sus características entre la realidad y el anhelo. Eso sí, resaltando aspectos diversos de su personalidad, incluyéndose la frivolidad a la que se les somete en nuestros días, más si tenemos presente cómo la inteligencia artificial desarrolla este mito, a pesar de que en 2012 la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) estadounidense negó la existencia de las sirenas tras la emisión de un documental de ficción Mermaids: The Body Found, en el Canal Discovery Channel, que inquietó a los espectadores por dar por cierta su existencia.
Si nos atenemos a las sirenas del Guadiana a su paso por Extremadura, parece que una tierra en la que no existe el mar, estas mujeres aparecen en nuestro imaginario a lo largo de la historia. Así emergen en el segundo milenio a.C., en el Bronce Medio, en la pintura esquemática de Monfragüe, atravesando desde el románico de Hoyos hasta el plateresco de La Garrovilla o la sillería de la catedral de Plasencia, obra de Rodrigo Alemán. Lo paradójico es que las sirenas viven en el mar y, sin embargo, su leyenda atraviesa toda Extremadura tanto en la cuenca del río Tajo como en la del Guadiana, desde el Joyón de Las Hurdes a Garrovillas de Alconétar, en el río Tajo, o desde las fuentes de Usagre o Talavera la Real, donde se representa el amor entregado de una mujer o el rito la fertilidad, hasta Castuera o Malpartida de la Serena o la sirena negra de Badajoz… Aunque, su representación señera se halla en Villanueva de la Serena, en aquella que, con cantos que aún perviven desde la desembocadura del Zújar, se representa en el frontón de su ayuntamiento desde 1583.
Alconétar
Rodrigo Alemán, sillería catedral de Plasencia
Portada iglesia parroquial de Hoyos
El Joyón de Las Hurdes
La fuente de la Luná en Usagre
Pero, la línea que marca el río Guadiana ha sido, por excelencia, el medio donde han habitado estas mujeres; en esas aguas que recorren la provincia de Badajoz y llevan aparejado toda una simbología estrechamente relacionada con lo femenino, y que aún están presente en nuestro imaginario. Este hecho es el que nos conduce a buscar interpretaciones contemporáneas mediante los trabajos de artistas actuales. Veamos a tres artistas en la que sus creaciones estén vinculadas de alguna manera a la mitología, las leyendas, las creencias o la simbología relacionada con el agua. Juan-Eduardo Cirlot en su Diccionario de Símbolos nos habla del principio femenino, origen de las aguas (madre, vida), y «así: Tierra madre, Madre de las aguas, Piedra, Caverna, Casa de la Madre, Noche, Casa de la profundidad, Casa de la fuerza, Casa de la sabiduría, Selva, etc. La palabra divina no debe inducir a error. El agua simboliza la vida». Y la vida la encontramos en las sirenas. Tres artistas que interpretan estas ideas a partir de crear obras realizadas ex profeso.
Comentarios
Publicar un comentario