OBRA ABIERTA U OBRA CERRADA
(historia de un despropósito)
(I)
La implicación privada en proyectos culturales, como es
el mecenazgo, lleva aparejado voluntades que van desde lo personal a
implicación de colectivos. Empeños que no buscan más que un beneficio social
que abarca el ámbito cultural y el educativo. En abril de 2024, lo que fue la
Colección FEVAL, hoy denominada FORO SUR, guardada una parte en un almacén y
otra expuesta en los despachos de la esa Institución, logró – y ha sido mi afán
durante una década- catalogarse debidamente, reunirse en un espacio expositivo,
incorporarla a las colecciones del MEIAC y dejarla como depósito para mostrarla
al público (con la implicación de los gestores municipales) en el
emplazamiento que Rafael Moneo concibió como museo en la Casa de Cultura de Don
Benito. Y querer es poder, y el desarrollo histórico de estos mecenazgos, hemos de decirlo, debe ser labor de los historiadores del arte, no de los críticos, ni de los gestores, ni de los economistas, ni jurídicos.
Musealización e inauguración de la Colección de Arte Contemporáneo Foro Sur, abril, 2024.
El objetivo de esa labor no fue otro que impulsar un compromiso firme que velara por un patrimonio; un acervo que debe mostrarse al ser el fruto de una inversión pública. En este sentido, cabe ampliar el patrocinio a sectores privados, como son las Fundaciones y Obras Sociales, que han sido y son la herramienta jurídica que une arte, impuestos y ahorros de los ciudadanos. Y Caja Plasencia fue pionera, en paralelo con la Obra Social la Caixa, en apoyar en la década de los setenta, el coleccionismo de arte, en construir un patrimonio artístico a través de las tendencias artística contemporáneas. Desde aquí se gestionó la colección, desde los activos de la Obra Social, hoy en manos de la Fundación Caja Extremadura.
CaixaForum Madrid
La Fundación Caja Extremadura asumió el rol de Tercer Sector para realizar un servicio público desde el ámbito privado, siempre ajustado a las normativas jurídicas encabezadas por la Ley 50/2002, de 26 de diciembre, de Fundaciones, que amplía la Ley 30/1994, que derogaba, asimismo, la Ley General de Beneficencia, de 20 de junio de 1849. Toda una estructura que enlaza las inversiones con el coleccionismo y se fue ajustando a los nuevos modelos empresariales que la Unión Europea exigía. Las razones que determinaron esto hay que buscarlas en el crecimiento económico español, en los excedentes de la banca y en el apoyo explícito que se hizo por parte de los gobiernos de la Transición política a favor de la cultura; un aval cuyo fin fue el mostrar una nueva imagen de aquella España que iniciaba su andadura democrática.
Toda una lección de historia al poder contemplar y estudian los diferentes lenguajes del arte que se han ido sucediendo en más de cuatro décadas; historia que se caracteriza por una transversalidad que se ha generado a lo largo de este tiempo, y van desde pintura a la escultura, desde la fotografía al arte digital desde las performances a las intervenciones artísticas. Un recorrido que nos habla del cambio de mentalidad y de rumbo que se ha ido introduciendo a pesar de la desconfianza e inestabilidad en los mercados del arte en este amplio periodo. La colección de lo que fue el Salón de Otoño placentino sirve, pues, para valorar la evolución del arte desde la instauración de un nuevo régimen democrático en España, para situarse en un contexto, en un recorrido por los acontecimientos e ideas que han ido aconteciendo para que el término de renovación y de modernidad cale en la sociedad, sobre todo en un mundo globalizado que abarca una escena cambiante y abierta a otros discursos. La colección es un buen catalizador de estas transformaciones.
Tete Alejandre, NO SMOKING, Fotografía Digital. Tintas Pigmentadas s/papel de algodón Canson Infinity Platine, laminado y montado s/aluminio de 2 mm. con bastidor., 140x140 cm.
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