RAZONES POR LAS QUE SE FUNDA UNA CIUDAD
La fundación de Plasencia en el mes de junio de 1186 no fue una ciudad creada ex novo, aunque sí se la dotó de una nueva planta adaptada al concepto de urbs. El lugar elegido fue el conocido como Ambroz. Y junto a esa concepción jurídica urbana le fue concedida una sede episcopal por parte de Alfonso VIII, una idea medieval que responde no sólo a un afán pío, como crear un lugar que agradase a Dios y a los hombres, sino a una organización del espacio repoblado.
Si echamos la vista unos años atrás, la Trasierra tuvo un gran desempeño a partir del siglo XI, cuando se lanza la ofensiva conquistadora y repobladora de las tierras del Tajo. Ello determina que en las sierras del actual valle del Ambroz hubo asentamientos de población continuos al tener una condición de frontera y, por lo tanto, de contacto entre las mesetas. Existieron puestos de vigilancia y sitios estratégicos en el Sistema Central y el río Tajo, a altura de lo que hoy conocemos como Monfragüe; hubo un corredor materializado en la Vía de la Plata que fue el origen de la consolidación de todo un medio geofísico dedicado a las actividades ganaderas y explotados por bereberes, de los que se tienen noticias ya desde el reinado de Alfonso VI[1].
La Trasierra fue una zona fronteriza en la que cabe todo el Ambroz, siendo el inicio de la defensa tanto musulmana como del avance cristiano. En 1082 el rey Alfonso VI ocupó la cuenca del Tormes organizando un sistema repoblador en el que el Sistema Central seguía sirviendo de barrera defensiva, más si tenemos presente que tras el año 1085, conquistado Toledo, todas las tierras entre el Duero y el propio Sistema Central quedaba bajo el control castellano. En 1088 se refundaron los núcleos de Segovia, Ávila y Salamanca; tres claros precedentes de lo que luego fue la ciudad de Plasencia.
Pero, hasta el reinado de Alfonso VIII no se consolidó la reconquista y repoblación. Fue él quien se interesó por la franja entre Toledo y Cáceres con el objetivo de frenar a los leoneses y a los portugueses; reinos que fijaron sus miras en las tierras entre Ciudad Rodrigo y Coria. Esta disposición sólo pretendió confirmar la influencia castellana en la Sierra y en Extremadura ya que ni el alfoz abulense, a la que pertenecía la zona, ni los castillos de Albalá y Monfragüe conformaban una defensa efectiva contra los almohades. Tras la conquista de Cuenca, en 1177, los núcleos urbanos comenzaron a estabilizarse. Plasencia se convirtió así en un punto estratégico para repoblar la sierra de Béjar, fundándose Oliva y Segura de Toro, tras el tratado de Tordehumos en 1194, firmado el día 20 de abril de entre Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla, y por el que Castilla devolvió al monarca leonés las fortalezas que se había usurpado durante la guerra entre ambos reinos.
La Mota
En estos avatares históricos, La Mota, nombrada como Ambroz, fue el lugar elegido, en el camino de Salamanca a Cáceres, por el rey para levantar una primera empalizada de madera que diera forma a un nuevo Concejo; a una ciudad que vino a ocupar con su Privilegio fundacional la torre existente, datada en el siglo VIII, la iglesia (la Magdalena) y un modesto caserío que se extendía alrededor, en el borde del terraplén que da al río Jerte, en la actual puerta de Coria. La población musulmana y mozárabe existentes, en consonancia con los asentamientos de la Sierra, se cruzó con la cristiana antes de la conquista definitiva. De ahí que se hable de una primera fase en 1186 donde se establecieron los límites del alfoz a costa del de Ávila, extendiéndose sus dominios hasta atravesar el río Tajo y llegar al Almonte, a excepción de los castillos de Albalá y Monfragüe, y por el norte y el este hasta Tormes y Piedrahita. Además, se creó el obispado, se le concedió el fuero, el escudo y el título de Muy Noble.
Iglesia de la Magdalena
La sede obispal tuvo una trascendencia sobre el territorio ya que el papa Clemente III, al año de crear la diócesis, le dio jurisdicción en 1189 sobre Trujillo, Medellín, Monfragüe y Santa Cruz. No obstante existe algunas dudas sobre la pérdida de la determinadas zonas que pasaron a manos almohades y, quizá, finalmente, en agosto de 1196 se estabilizó todo el territorio. Y, en este contexto hemos de entender la razón de la existencia de los edificios religiosos de gran calado en las tierras del Guadiana, en Don Benito, Medellín y Guareña. Este territorio configuró el extremo sur del antiguo reino de Castilla, personificado en la diócesis de Plasencia, para hacer frente al Priorato de Magacela, representado en Villanueva de la Serena. Por ello, Plasencia y su obispado imprimieron su propia marca en las iglesias de planta de salón (de una sola nave denominadas hallenkirchen) de Santiago de Don Benito, Santa Cecilia de Medellín (inconclusa) y Santa María de Guareña. Fue el momento preciso para configurar todo un entramado oligárquico urbano con un enorme protagonismo en vida concejil y en sus gobiernos.s. Y todo ello frente al poder del priorato de Magacela, representado en la ciudad de Villanueva de la Serena. Plasencia y su obispado debían imprimir su propia marca, las iglesias de planta de salón, de una sola nave, Hallenkirchen, a semejanza de su catedral. Y así lo atestiguan las de Santiago de Don Benito, Santa Cecilia de Madellín (inconclusa) y Santa María de Guareña.
[1] BARRIOS, A., Estructuras agrarias y de poder de Castilla. El ejemplo de Ávila, Universidad de Salamanca-Institución Gran Duque de Alba, Salamanca, 1983, pp. 87-88.
[2] Alfoz es término geográfico que pertenece al concejo de una villa y donde se encuentran dispersas aldeas. Además, define a los territorios dotados de funciones fiscales, judiciales y militares.
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