Hacia una nueva configuración urbana: Plasencia en los siglos XIX y XX.
(Tercera parte)
En 1941 se formalizó la presencia de un regimiento de infantería con la finalidad de revitalizar la economía, ampliándose con el Cuerpo de Operaciones Especiales en 1969. Y dentro de espíritu emprendedor nació la Asociación Cultural Placentina Pedro de Trejo «de la mano de un grupo de personas preocupadas por recoger y difundir nuestra cultura, costumbres y tradiciones»[1].
Parque de los Pinos
En esta década se produjo la verdadera expansión, en 1945, cuando se adquiere el solar situado en la Puerta Talavera para la nueva oficina de la Caja de Ahorros de Plasencia y Hotel Alfonso VIII. El edificio se inauguró en 1951, emprendiendo el despegue de la zona periurbana de La Data, a la que le siguieron en los años posteriores las del Rosal de Ayala y San Miguel. Con la aparición de nuevas zonas se hizo necesario una declaración del casco histórico de Plasencia como Conjunto Histórico-Artístico en 1956 que se conjugó con el Plan General de Ordenación Urbana de 1957 y su tendencia desarrollista.
Puerta TalaveraHotel Alfonso VIII (foto Cristina Montalvo )
Surgió, de este modo, una tendencia renovadora en la forma de entender la ciudad que, como cortapisa, tuvo la alteración de su paisaje intramuros. Un desarrollo que vino con la revisión del Plan en la década de los ochenta y su carácter expansivo, sobre todo la zona de NE-SO. De hecho, los años sesenta y setenta tajaron el crecimiento de nuevos barrios, El Cotillo, La Data como prolongación de Procasas, Miralvalle, San Juan o la ampliación de San Miguel. Al mismo tiempo, se dotaba a la ciudad de servicios y edificios acordes con la época desarrollista del país: el ambulatorio Luis de Toro en 1965, el remozamiento del hospital provincial en 1971, la construcción del hospital «Nuestra Señora del Puerto» en 1975 o, un año antes, la inauguración de la Ciudad Deportiva. Y, más allá, la intervención en la plaza Mayor al quitar la bandeja central y la interpretación de la fachada del Ayuntamiento en 1971, obra de José Manuel González Valcárcel, basada en el proyecto de Antonio González Varagaña, que introdujo elementos renacentistas en el siglo XVIII, inspirados en la fachada meridional de la Catedral Nueva.
Plan Director dela Catedral de Plasencia de Araujo y Nadal
Sin embargo, a partir de la etapa democrática, la ciudad miró sobre sí misma, emprendiéndose numerosas restauraciones del patrimonio placentino. Algunas de ellas reseñadas por el arqueólogo Pedro Matesanz[2]. En 1975 Sebastián Araujo y Jaime Nadal idearon el primer plan director de una catedralen España; un plan que sigue vigente en la actualidad con la finalidad de hacer convivir dos catedrales sin que una parte reste importancia a la otra. En esta misma lid, a partir de los años ochenta, se inició la recuperación de la muralla con distintos criterios de intervención y acorde con los principios de cada momento; criterios que van desde los más historicistas y diferenciadores, como el de Antonio Miranda Regojo, en 1987, en el flanco de la puerta de Trujillo, hasta los de Ignacio Feduchi y Jesús Temprano, entre 2003 y 2005, en la Ronda de Higuerillas con los polémicos faldones de cemento. También se rehabilitó el convento de San Vicente Ferrer para convertirlo en Parador de Turismo a partir de 1995 por Mariano Martitegui con exhaustivo seguimiento arqueológico e histórico al tratarse de una de las zonas más representativas de la ciudad por hallarse en La Mota[3].
Vista aérea de Plasencia (foto Roberto Rubiolo)
Estas acciones se han ido completando con otras de calado muy diferente: la intervención en la iglesia de la Magdalena por Roberto Rubiolo y la simulación de la muralla en la puerta de Coria no exentas de polémica; la remodelación del palacio de Ansano, ejecutada por Felipe Pascual con Rafael Sitges en 2010 y 2011, la adaptación del Seminario Diocesano realizada por Javier Diz Plaza, entre 2012 y 2013, que ha desvelado con claridad la parte amurallada del inmueble o las actuales intervenciones en algunos tramos de la muralla, en la casa de la Mitra o la plaza de Catedral para dar accesibilidad al monumento.
Remodelación del Seminario Mayor
Pero, en Plasencia se observa también cómo los cambios han venido marcados por sus habitantes, «generando a la postre distintos tiempos»[1] a partir desde mediados del siglo XX. La ciudad se ha ido adaptando a otras realidades al pretender frenar el número de automóviles, añadir zonas verdes en los extrarradios, vigilar la calidad de los materiales de las viviendas, crear accesos a los edificios o dotar de espacios novedosos que determinen su futuro cultural. Todo ello gracias al nuevo Plan General Municipal de Ordenación, adaptado a la Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana de junio de 1992, y sus diferentes modificaciones. Así pueden verse las grandes transformaciones de la ciudad, desde la ubicación del campus universitario en el edificio de la Constancia en 1998, un inmueble que había sido el cuartel, o la reforma en 1999 del teatro Alkázar, inaugurado en junio de 1927 y único superviviente de los ya desaparecidos teatro Romero y el teatro Sequeira, hasta los aparcamientos de La Isla, el de la remodelada plaza de Obispo Amadeo en el antiguo convento de San Miguel o el de Eulogio González, que se han sumadoa otros como el del Parque de la Coronación. O la transformación de edificios simbólicos como el convento de san Francisco en una residencia-club de ancianos a cargo de Fernando Serrano y José María Marzo, la conexión a través de la muralla de la plaza Medina con el postigo de El Salvador, las escaleras mecánicas de Leonor de Plantagenet, la eliminación por fases del cableado aéreo a través del Plan Periplo, la remodelación de La Isla, la recuperación de espacios culturales como la Torre Lucía con el proyecto Alba Plata y el antiguo cine Sequeira en la iglesia de San Francisco o nuevas urbanizaciones en torno al centro de menores de Valcorchero, edificado a mediado de los años ochenta.
[1] CANO RAMOS, J., «Plasencia», en Plasencia
contemporánea. Hombres y mujeres que han hecho la ciudad, 1810-1935, Jaraíz de la Vera, Consejería
de Cultura de la Junta de Extremadura y Ayuntamiento de Plasencia, 2007, pp.
18-20.
[2] PEDRO LUNA REINA, P., «Apuntes para la historia de la asociación cultural placentina Pedro de Trejo», en Memoria histórica de Plasencia y comarcas, Ayuntamiento de Plasencia, Plasencia, 2014.
[3] MATESANZ VERA, P., «Restauración, rehabilitación y reconstrucción. el caso de Plasencia», en Memoria histórica de Plasencia y las comarcas, Ayuntamiento de Plasencia, 2016
[4] MATESANZ VERA, P. y SÁNCHEZ HERNÁNDEZ, C., «Intervención arqueológica en el Convento de San Vicente Ferrer de Plasencia (Cáceres): cerámicas de los siglos XIII a XV», en VV. AA., GARB: sitios islâmicos do sul peninsular = sitios islámicos del sur peninsular, catálogo de la exposición, Lisboa y Mérida, Junta de Extremadura, 2001, pp. 282-309.
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