PINTURAS MURALES DE LA IGLESIA DE SANTIAGO APÓSTOL DE LLERENA.
La
restauración del retablo de San Juan de Nepomuceno, en la iglesia de Santiago de Llerena, se
enmarca en una política muy concreta de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural: la de
restaurar los bines correspondiente al siglo XVIII en Extremadura, un siglo en
plena crisis económica en España donde se realizaron pocos encargos, pero una gran parte de ellos de
calidad.Todo un hallazgo de primer orden en el arte español del siglo XVI.
Durante la intervención en este retablo, entre los meses de octubre a diciembre de 2023, se hicieron una serie de catas en el muro que certifican de alguna manera la sospecha que se tenía sobre las pinturas que subyacen debajo de la simulación de sillares. Una sospecha que desde 2005 se tenía cuando se realizaron varias catas en el templo para cerciorarnos de la existencia de las pinturas.
Catas realizadas desde 2005
Virgen de la Merced
Triple Ana
Unas pinturas que tienen una calidad artística e iconográfica importante. Al desmontar la estructura del retablo y su gran lienzo se ha desencalado el muro que ocupaba, retirando el falso sillar que tapó todas las escenas en los años diez del pasado siglo. A partir de 1919, el párroco de la iglesia dibujó todos los muros interiores del templo, en ese momento enjalbegados, con una pintura grisácea imitando la piedra sillar. Arturo Gazul en 1963, periodista y escritor cuya infancia transcurrió en Llerena, advirtió que, durante el proceso de pintar de las paredes y al picar la cal que las cubría, aparecieron unos frescos, pero el párroco hizo que pintaran encima porque creyó que eran de mala calidad.
Con las intervenciones llevadas a cabo por la
Junta de Extremadura a lo largo de veinte años, es cuando nos encontramos un programa
pictórico mural que se va desvelando poco a poco. Se han descubierto algunos m2, exactamente los que ocupaba el retablo del muro
del Evangelio. En estos metros ha aparecido un retablo fingido al que le siguen
otros de advocaciones muy distintas. En la actualidad puede verse a la Virgen de la Merced, a la Triple Ana (el grupo iconográfico de la denominada Triple Ana con santa Ana con toca, como correspondía a las mujeres casadas, la
Virgen con el cabello suelto y el Niño desnudo), Santa catalina de Alejabnría, San Antón...
Santa Catalina de Alejandría
Se trata de unas pinturas datadas en la primera mitad del siglo XVI, coincidiendo con la culminación de la última fase de construcción de la iglesia. Se consideran de una gran calidad pictórica. Poseen resabios góticos con característica propiamente renacentistas. El empleo del oro nos conduce a un mecenazgo importante en el entorno de Alonso de Cárdenas.
La iglesia tiene tres tramos y las pinturas en las que se está actualmente interviniendo están en el segundo tramo. Por ello desconocemos lo que contienen los tramos de la nave que aún están debajo del sillar falso.
De momento, no hemos descubierto ni la autoría ni las cuantías de los pagos, pero sí están bajo el mecenazgo de un personaje económicamente importante. La referencia, en toda esa zona y en concreto que muere en Llerena en 1493, es la de ALONSO DE CÁRDENAS, quien fue el gran maestre de la Orden de Santiago, protegido y nombrado directamente por el rey Fernando el Católico. Ello supone ostentar un poder lo suficientemente importante como para emprender una tarea tan costosa querer embellecer su templo santiagués en Llerena.
Cristo atado a la columna
Si nos atenemos al estilo y contrastamos la factura de las pinturas pueden fecharse en le primera mitad del siglo XVI. En este momento histórico la ciudad de LLerena se hallaba bajo la influencia de la escuela sevillana, y habrá que rastrear a artistas, como Andrés de Nadales, pintor perteneciente a la tendencia del gótico internacional y presente en Zafra en esa época, en 1515, o el avezado Alejo Fernández cuyo estilo prevaleció en Sevilla a lo largo de una generación. O, quizá, círculos próximos a estos dos pintores.
Alejo Fernández (c. 1475 – 1545)Retablo o de los Navegantes, el Alcázar de Sevilla y Cristo atado a la columna con San Pedro y donantes , Museo de Bellas Artes de Córdoba
Ante esta situación y teniendo estos datos, se ha decidido ampliar la limpieza de los muros. En altura se ha determinado llegar hasta la línea de imposta, por debajo de las ventanas. Sabemos con seguridad que no hay pinturas por encima de esta línea, donde al parecer se colgaron en su día los pendones de la Orden de Santiago. Aún puede observarse los enclaves existentes en el muro, avalados por la documentación de una visita del 2 de agosto de 1489 en la que se dice que "hay en la capilla nueve pendones que se dice los ganó el maestre en el albuhera",
Las pinturas de los muros de la nave central corresponden, según las fuentes consultadas, al cumplimiento de la voluntad escrita del gran Maestre, Alonso de Cárdenas, que su hija mandó ejecutar por encargo del testamento del padre. De ahí que nos podamos encontrarnos con manifestaciones artísticas de diferentes épocas en los tramos finales, sobre todo aquellas que decoran el bajo coro.
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