CUANDO LA HISTORIA SE QUIERE BORRAR
(A Wolf Vostell en su aniversario, hoy 14 de octubre)
Wolf Vostell y las Musas, 1994.
En agosto de 1995, Wolf Vostell (Leverkusen, 1932-Berlín, 1998) en una entrevista, publicada en el periódico francés Libértation, afirmaba que en ningún momento había pretendido exponer sus propias pasiones; al contrario, sus obras no son sino el reflejo de los errores y las esperanzas de una sociedad en la que él, como artista, está consecuentemente inmerso[1]. Estas declaraciones completan, en cierto modo, las realizadas al diario El País un año antes. En 1994 Wolf Vostell opinaba sobre la muerte de los artistas que trabajan con la vida, recalcando cómo mil años de existencia no son suficientes para desarrollar el torrente de ideas que bullían en ese momento en su cabeza.
A.......Z, 1995, MEIAC.
Lástima que nuestro maestro hoy no esté[2]. Pero su ausencia debe servirnos, tal vez, para valorar más su presencia, puesto que estas dos afirmaciones sobre la sociedad y el papel de los artistas, nacidas de los principios pedagógicos y éticos que han guiado a la vanguardia histórica, estarán siempre vigente y no variarán con el tiempo. Y continuarán presentes para seguir reflexionado sobre el arte, la vida y la historia, para no quedarnos al margen de este «aquí y ahora» en el que nos hallamos y para transformar la práctica estética en una práctica social sin matices, en su sentido más amplio.
Wolf Vostell delante del Muro de Berlín, 1972
Wolf Vostell, Selbstportät, 1971Wolf Vostell, como Ulises, tuvo no sólo la voluntad y la determinación de atravesar la bruma, sortear los arrecifes y evitar el naufragio y la catástrofe, sino que le impulsa un afán de escuchar la música de las sirenas atado al mástil, enriqueciendo el mito griego con todas las variantes que quepan, pero siempre sin desviarse de la obligación de dar cuenta de su tiempo sin taponarse los oídos y sabiendo que la homonimia con los sonido estridentes de nuestras sirenas modernas no es más que, como señala Carlos García Gual, una cruel ironía[3], quizá, porque la melodía se ha transformado en una llamada de atención.
Wolf_Vostell, Cada hombre es una obra de arte, 1983
Su dilatada trayectoria estuvo marcada por deseo de ser un ingeniero de la vida al que le ha tocado vivir los acontecimientos más relevantes del siglo XX; una época repleta de guerras y posguerras, de hechos que se inscriben en la era Kennedy o Reagan, de cambios y perestroika, de integrismos o de explosiones en el polvorín balcánico, que concluyeron, provisionalmente, con la caída del Muro de Berlín y abrieron las puertas al siglo XXI, a una nueva reorganización geopolítica, a la posverdad o mentira como supervivencia en el poder, a los populismo a los que se nos somete diariamente, a la tergiversación de la Historia (hecha a medida de los mediocres) y a la desaparición de la bipolaridad en favor de la globalidad, a una época que no vivió ya Wolf Vostell pero sí intuyó. Una serie de hechos plasmados en sus obras que nos ha enseñado a mirar, a escuchar, a sentir, a comprender las contradicciones de una sociedad saturada de información que relega los valores de la Naturaleza y del arte a un segundo plano:
La religion, la société, la nature ; telles sont les trois luttes de l’homme. Ces trois luttes sont en même temps ses trois besoins; il faut qu’il croie, de là le temple ; il faut qu’il crée, de là la cité; il faut qu’il vive, de là la charrue et le navire. Mais ces trois solutions contiennent trois guerres.[4]
Tres pugnas que libra el hombre y son los campos en los que la razón se enfrenta al fracaso, correspondiéndose con los conceptos ligados a lo sagrado, a la manipulación permanente y a la tecnología y transformaciones a las que estamos sometidos. Tres combates que han necesitado y NECESITAN de exclusiones y han vuelto, una y otra vez, a lo largo de la Historia, tres cuestiones que en la obra de Wolf Vostell se nos denuncian constantemente. Y, hoy, en su 91 aniversario, conviene recordar, más aún cuando se quiere relegar la Historia a un plano secundario, incluso en la enseñanza española, cuando Oriente Medio revive esas tres pugnas, cunado Ucrania se va desdibujando o Armenia se diluye (por citar tres ejemplos de los 58 conflicto activos hoy, 14 de octubre de 2023,, en el mundo.
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[1] DEBAILLEUX, H-F., «Dé-coll/age inmédiat avec Wolf Vostell. En Espagne, la poursuite d´une oeuvre obsédée par la violence du XXe siècle», en Libértation, 31-VIII-1995.
[2] JARQUE, F., «El hombre debe hacer de sí una obra de arte», en El País, 16-V-1994.
[3] GARCÍA GUAL, C., Sirenas. Seducciones y metamorfosis, Turner, Madrid, 2014, p. 200.
[4] LAFFONT, R., «Les Travailleurs de la mer», en Oeuvres complètes de Victor Hugo, Romans III, Bouquins, París, 1985, p. 201.
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