Ángel Duarte, la llama viva del Equipo 57
La magnífica exposición -MUY RECOMENDABLE- que puede verse en el Museo Helga de Alvear en Cáceres, comisarida por María Jesús Ávila, nos da una perspectiva del trabajo realizado por Ángel Duarte a lo largo de algunas de sus etapas más significativas; etapas que desembocaron en una figura reconocida en el ámbito artístico internacional dentro del normativismo, superando de este modo al Equipo 57 y enarbolando el prestigio del grupo una vez disuelto. Basten estos catálogos, hay muchos más, para conocer quién fue y qué aportó.
Ángel Duarte, dentro del Equipo 57 nunca fue un matemático, «sus inquietudes sí se sustentan sobre una base matemática, [que le acercaron] a Max Bill y Vantongerloo»[1].Tan solo recurrió a la geometría para establecer una manera de entender el arte y el mundo. Por ello y solo por ello, Marcel Joray le llamó el «más» matemático de los escultores[2]. Su trabajo dentro del Equipo 57 fue importante por ser miembro del grupo, sostuvo la autoría colectiva de manera utópica casi toda su vida. Sin embargo, se empeñó en desarrollar las teorías sobre la armonización del color con el espacio y el ritmo que la propia Bauhaus había abanderado y que se fraguaron dentro del Equipo. La profudización de ello hizo que se empeñara en internacionalizar su nombre al margen de su propia proyección en el panorama mundial; un alcance nada desdeñable que hizo del Equipo 57 algo más que el Equipo 57.
Así, la construcción de estructuras complejas, el establecer relaciones con las superficies minimales abiertas, aproximarse al estudio de la cristalografía, emprender los trabajos sobre el cubo y llegar al movimiento de las obras dentro del arte óptico supuso abrir otros horizontes nuevos. Abrió, de esta manera, un periodo plenamente investigador, una etapa crucial en la que la labor del Equipo estuvo prácticamengte bajo su tutela a través los manifiestos teóricos que Ángel Duarte entregaba en cada una de las apariciones, difundiendo el nombre del grupo en el panorama internacional. Y de aquí se concibe que el Equipo 57 no fue algo cerrado y encorsetado en una cronología concreta. Su empeño fue mantener la llama viva de un espíritu colectivo que se deshizo y ponerlo en contacto con las corrientes vanguardistas y normativas europeas.
Y, además, estas postales de su legaddo en Suiza son suficiente para entender cómo una obra se identifica con un entorno.
[1] https://dbe.rah.es/biografias/38632/angel-duarte-jimenez
[2] JORAY, M., «Angel Duarte: Le plus mathématicien des sculpteurs, le plus poète des mathématicien», en Duarte, Städitsche Galerie zum Strauhof, Zurich,1981, p. 34.
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