HILARIO BRAVO o lo que nos muestra un chamán

(a propósito de su expsoción Diario de un chamán)

 

 De profundis. 2018.

Con elementos de un lenguaje aparentemente sencillo, primitivo y minimalista, este artista de origen extremeño y formación vasca, que reside habitualmente en Cáceres, representa esa actitud poética que el arte reclama, ese afán de investigación continua en un campo que aúna la sensibilidad con pocos recursos. Donde ninguna dicha, ningún desarrollo de las capacidades del hombre, ningún poder verdadero puden materializarse sin haber soñado antes.

A través de una evolución muy coherente ha llegado a una estética de técnicas mixtas donde parte de una cuidada elaboración del soporte, que va desde un refinado papel realizado con lino, algodón, rafia y junco, como los de sus serigrafías, a un tejido de algodón o una pasta surgida de reciclar periódicos u otros materiales, so­bre el cual trabaja en texturas diversas porque los araña, quema, o agujerea, utili­zando el añadido de collages, a base de papeles y objetos, para una completa ma­nipulación de la obra. Además cubre de barnices los toques de un dibujo inacabado, utiliza el negro, la purpurina, la ceniza o suaves colores. Busca en definitiva efectos sensuales, calidades corpóreas y sugestiones mágicas.

 

                                                    Mujer atravesada por un río 1990.

    Pero la historia de Hilario Bravo hay que buscarla en los círculos conceptuales que se gestaron en el País Vasco hacia 1972, desarrollando gran parte de su actividad entre San Sebastián, Pamplona y el sur de Francia. Allí vivió la ac­tividad de grupos dedicados al arte conceptual y de acciones, participando en las Semanas de Experiencias en San Sebastián (1973-1974), y organizando en la misma ciudad, en el año 1977, el háppening Suceso. A partir de ahí comienzan las ayudas para su trabajo artístico, como la beca de la Excma. Diputación de Guipúzcoa en 1983, o para realizar viajes por varios países europeos. Después de exponer en el País Vasco español y francés y en Pamplona, lo hizo en Cáceres, en la Sala «El Brocense» en 1986, iniciando un contacto permanente ya con esta ciudad. Desde entonces no ha cesado de trabajar en distintas muestras de dibujos y objetos, como la exposición individual Visiones de Un Chamán (Cáceres, 1988). En 1988 realizó una significativa exposición en la Galería Término de Madrid, presentándose en Arco 90, donde su obra causó sorpresa recogiéndose buenas críticas. Su relación con Extremadura data de 1980 cuando participó en el Salón de Primavera de Cáceres, mostrando sus obras periódicamente en nuestra región a través del Colegio Oficial de Arquitectos, de la Consejería de Cultura y Patrimonio o de la Galería Nacional de Praga,  la Galería Arroyazo, el MEIAC, el Museo de Cáceres o lugares con  alto valor patrimonial, como las basílicas de Santa Lucía de Trampal o la de Santa Eulalia de Mérida. A partir de estas fechas, Hilario deja el campo conceptual para plantar su trabajo en términos estrictamente pictóricos. Desde este momento, el pintor cacereño cosecha  numerosas becas y premios, como la de la Diputación Foral de Guipúzcoa, la de  Mojácar, el Pensionado de la Academia de España en Roma, el Premio Constitución o el Grabado Español Contemporáneo, muy importantes para su proyección nacional.

 

                                      Obra de la exposicón Cuadernos de viaje y tres objetos, Galería Nacional de Praga, 1994.

Artista muy intimista y solitario, poeta de sí mismo, reflexiona sobre temas prehistóricos y primitivos, orientales u occidentales que rayan en una primigenia filo­sofía fundamentalmente relacionada con el amor y su vertiente erótica y la muerte, con sus ritos y mitos. Utiliza para el desarrollo de la idea la forma de trazos figurati­vos o signos muy esquemáticos que sirven de referencias al citado amor, sexo y muerte, con un contenido simbólico nunca excesivamente complejo. Signos picto­gráficos muy lineales, yuxtapuestos, formando agrupaciones ordenadas concep­tualmente, en diálogo bajo la voluntad del artista que huye de manera crítica de la sociedad occidental con su civilización de consumo. Rectángulos, círculos, corazo­nes, iconos evocadores ante los que hay que adoptar una postura desprejuiciada e imaginativa a partir de su propia sencillez. Sin embargo, no hemos de pasar por alto cómo le cautivaron los grabadores alemanes en su viaje por Europa en 1985,  tomando una serie de apuntes que le sirven para canalizar sus trabajos posteriores. Trabajos que materializan su interés por la relación entre el arte moderno y las artes primitivas. De los alemanes le interesó el sistema de representación, la teoría de la pintura y el comportamiento espiritual que ha tenerse frente al lienzo o el papel o el espacio real. En sus obras se puede observar la elección minuciosa que hace de los materiales, la pulcritud a la hora de ejecutar cualquier tema, la economía de medios empleados, la reducida gama cromática y los cúmulos de barnices y raspaduras donde se ubican señales enigmáticas y fragmentadas muy cercanas a los ideogramas que representan cálices, escaleras, cruces, ríos, punteados o triángulos.

 

                                                               Tensión, 1993.

Poco a poco se ha ido perfilando un mundo personal que en 1987, al trasladarse a Montánchez, se refleja en unos cuadros esenciales y aparentemente nada complicados. Sin embargo, Hilario Bravo toma como una posibilidad el propio lienzo, creando una trama blanca o ceniza, creando una superficie informal sobre la que esparce los símbolos recogidos del mundo ritual con el fin de aproximarnos a una naturaleza que hemos olvidado gracias a vivir en un mundo demasiado tecnológico: El bosque de Diana, pintado entre 1991 y 1992, abre paso a la década de los años noventa con obras en las que el blanco predomina y las calidades matéricas tienen un papel esencial para representar la contraposición de lo masculino y lo femenino. En 1993, desde su estancia en Mojácar, las composiciones de Hilario viraron hacia concepciones con contenidos históricos, reafirmando la línea emprendida con aquellas Visiones de un  Chamán, que expusiera en Cáceres hacia 1988., Opus Lucis, Jarchas Mozárabes Liturgia, Las Cuentas de Caronte, Las Puertas del Sueño, Medusa y el Laberinto, Ut Natura, Las Paredes de la Idea, Estrellas y Guijarros o, en la actualidad,  Diario de un chamán… se han ido sucediendo en el tiempo para que ciertas pesquisas queden abiertas a filólogos, historiadores, filósofos o antropólogos. Se trata de una pintura que tiene muchos de investigación –tanto documental como plástica-  ya que Hilario Bravo pasa su filtro personal para hacer de lo primitivo un principio de modernidad, con visos literarios, intuitivos y poéticos; rasgos todos ellos que ha dejado de manera especial en las obras realizadas en papel, como por ejemplo el Cantar de los Cantares en 1990. 

 

                                                                               Llanto por la visión, 2008.

    Pero si tuviéramos que establecer una línea entre Visiones de un chamán (1988) y Diario de un chamán (2022), dos extremos que encierran casi treinta y cinco años de pintura, tendríamos que entresacar todas las obsesiones que se repiten como una letanía y que han ido yuxtaponiéndose a lo largo de ese tiempo. El amor, la muerte, la magia, los sagrado, lo visible, la memoria, el desengaño, la ausencia… se entrecruzan en Opus Lucis, Las Cuentas de Caronte, Las puertas del sueño y Medusa y Laberinto…. Todas estas exposiciones o series forman un todo, una gran maraña que configura un gran círculo una metáfora sobre la visón interior y la realidad, sobre el alma y la naturaleza, sobre la elección que ha de tomar el ser humano para conocerse a sí mismo y lo que le rodea o simplemente despreciarlo, sobre la concreción y la carencia. Para hilvanar esta sucesión de metáforas materializadas en diferentes etapas, Hilario Bravo ha recurrido a los símbolos, bajo los que se disfraza la realidad, con los que se lanzan hipótesis y con los que visualizan los pensamientos. 

 

                                                               Barquito de la vida surca firme las agua, 2019.

    Su pintura ha ido adquiriendo de esta forma visos antropológicos. Lo humano y sus incertidumbres, la realidad en la que está inmerso, sus anhelos y esos sueños, que nos transportan a lo sublime y nos sitúan un poco más allá del umbral de lo racional, conforman el eje sobre el que gira un supuesto final de ciclo al que los humanos estamos abocados. Su obra tiene ese sentido narrativo, como si de un libro se tratara, con las páginas abiertas y donde se suceden las ilustraciones. Esta razón, este deseo de presentarnos sus series ha hecho que su obra sea medida y armónica, sea un trabajo pensado, sin ningún descuido en las composiciones, con un color y un uso de la mancha bien estudiados y unos signos esquemáticos, a veces objetos reales pegados a la tela o el papel, que tienen como objetivo trasmitir o bien actitudes contemplativas o poéticas o bien plasmar la angustia y el desgarro del hombre contemporáneo.Así el viejo indio chamán e Hilario Bravo, artista que nos transmite el pensamiento mágico, nos reordenan parte de los vestigios que se van borrando.

    Un conjunto de signos  que nos muestran la pintura de una artista que sabe mantener su propio discurso, ajeno a tendencias y modas, donde la tragedia, lo sublime, la poesía, la incertidumbre se funden en una especie de rebeldía; una postura que podríamos resumirla en la idea pitagórica de la  aritmosofía[1]; esto es, en de dotar a sus trazos de ciertas cualidades  que cambian las formas más elementales en símbolos,  en arquetipos que se esparcen por un espacio, cuyos límites sólo los ponen los bordes de los cuadros,  y no son sino el reflejo de la  existencia  y de su eternidad.

                                                            Proyecto escultórico para la Autovía Ruta de la Plata.

[1] CASTRO GARCÍA, Óscar.,«La experiencia cultural de lo sagrado a través de la geometría: de los albores de la humanidad hasta la aritmosofía de Pitágoras,»Pensamiento,  Vol. 63, núm. 238, 2007.

 

 

 

 

 

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