EL PÚLPITO DE LA ERIMTA DE LA SALUD, PLASENCIA.




 

 

El santuario de La Salud es uno de los lugares sagrados más populares de la ciudad de Plasencia. Con toda probabilidad, la mayor parte del mobiliario que compone la ermita de La Salud sea un reajuste de la exclaustración de los Jesuitas que, tras salir de Plasencia, dispersaron todos sus bienes en distintos templos. De hecho, la ermita de Nuestra Señora de la Salud guarda en su interior bienes de gran valor artístico, entre ellos un púlpito de madera tallada y policromada. 

 

La ermita se construye sobre un arco del recinto amurallado, en la conocida puerta de Trujillo, su origen es medieval, al menos los espacios que ocupan las dos sacristías, aunque el edificio actual se debe a las obras acometidas y sufragadas por el pueblo durante los años 1721 hasta 1723. Es un edificio de reducidas dimensiones y de traza clasicista, su cúpula cubre todo el espacio interior y se apoya sobre cuatro arcos sustentados por pilastras toscanas. El interior de la ermita se decora con abundantes elementos de estilo barroco, entre ellos un retablo que ocupa toda la parte frontal, encargado por el obispo D. Francisco Laso de la Vega en el año 1726 y presidido por la imagen titular, inicialmente conocida como Virgen de los Remedios hasta que a mediados del siglo XVII el Cabildo se lo cambió por el de Virgen de la Salud, la imagen es de cantería del siglo XVI con policromía del XVIII. La imagen de La Salud llegó a disputar en el siglo XVI y XVII el patronazgo de la ciudad a la Virgen del Puerto.

Además del púlpito existen varias obras pictóricas y escultóricas. Dentro de estos bienes, el púlpito quizá, se realice exprofeso, por sus dimensiones, para el nuevo espacio, fechándose así en el segundo tercio del siglo XVIII, recogiendo todo el ideario inmaculista de la monarquía española. Pensemos que la fiesta de la Inmaculada fue fiesta de guardar en todo el Imperio desde 1644 y se declaró fiesta en toda la Iglesia en 1708 por orden del Clemente XI.Clememnte XIII emite en 1760 la bula Quantum Ornamenti,  proclamando a la Inmaculada patrona principal de España  Indias.

El púlpito de La Salud, pues, refleja parte de la simbología inmaculista y de las denominadas letanías lauretanas, cuyo origen está en el libro del Cantar de los Cantares. La interpretación tipológica y alegórica que los Santos Padres hicieron de estos textos, han sido primordiales para la fijación de esta iconografía. Todos estos símbolos se materializaron en un prototipo iconográfico marino denominado la Tota pulchra. Un prototipo que recurrió a las imágenes plasmadas en letanías y cuyo máximo esplendor se dio a partir de las ilustraciones de los hermanos Joseph Sebastian y Johann Baptist Klauber en la obra de Francisco Xavier Dornn en 1742. 

De esta manera aparecen los siguientes motivos decorativos:
El Pozo, como símbolo del agua de vida, vivificadora, que concede a la humanidad la salvación; el sol, que, en María, esta imagen es meramente derivada ya que el verdadero sol es su Hijo y ella
lo es en el sentido que, mediante sus virtudes, irradia luz como el astro solar; la Palmera que hace referencia a la entrada de la ciudad con palmas de Jesús, en señal de triunfo y de victoria, evocando con ello la ascensión, regeneración e inmortalidad, aunque también hace referencia a la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén, y se interpreta como una alegoría de la justicia.

La mayoría de púlpitos constan de varias partes: la «escalera», situada alrededor del pilar que sostiene el púlpito; el «sostén», que reposando sobre el pavimento; la «tribuna», que se divide en «plataforma» —sobre la que se coloca el oficiante— y «antepecho» o «pretil», parapeto que cierra la parte inferior del púlpito. El de La Salud carece de atril y de tornavoz.
* En colaboración con Juana Alfonso Carballo.

 

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